¡Arrancadme los ojos!
ya no me sirven...
luego de esa noche oscura
aprendí que para amar no los necesito
En la nada oscura misma
escuchaba nuestros corazones
que al unísono latían
cual aletear de dragones.
En la nada oscura misma
sentía contra mi piel
la tuya tersa y suave
cálida y reconfortante como la miel.
En la nada oscura misma
mi nariz sintió cien aromas,
desde la rosa, dulce y suave
hasta el sinigual olor de tu persona.
En la nada oscura misma
deseé probar los sabores
que, tácitos, reposan en tus labios
la solución de mis dolores...
Mas cruel sea el ángel,
que deparóme tal destino,
el ser un cobarde, que
nunca cansino, escapa de los amores.
ya no me sirven...
luego de esa noche oscura
aprendí que para amar no los necesito
En la nada oscura misma
escuchaba nuestros corazones
que al unísono latían
cual aletear de dragones.
En la nada oscura misma
sentía contra mi piel
la tuya tersa y suave
cálida y reconfortante como la miel.
En la nada oscura misma
mi nariz sintió cien aromas,
desde la rosa, dulce y suave
hasta el sinigual olor de tu persona.
En la nada oscura misma
deseé probar los sabores
que, tácitos, reposan en tus labios
la solución de mis dolores...
Mas cruel sea el ángel,
que deparóme tal destino,
el ser un cobarde, que
nunca cansino, escapa de los amores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario